Benedicto XVI recibió hoy en elpalacio apostólico de Castelgandolfo a 3.000 miembros de la FamiliaFranciscana que han participado en Asís en el "Capítulo de las esteras",para conmemorar el origen de la orden franciscana y el octavo centenario dela aprobación de la "proto-regla" de San Francisco por el Papa InocencioIII.La docena de frailes que siguió a Francisco de Asís, dijo el Papa, hapasado a ser a lo largo de los siglos "una multitud diseminada en todos loslugares del mundo. (...) Como pastor de toda la Iglesia quiero agradecerosel don precioso que sois para el pueblo cristiano. Del arroyo que brotó enlas faldas del Monte Subasio se ha formado un gran río que ha ofrecido una aportación notable a la difusión universal del Evangelio".
Francisco, prosiguió el pontífice, "experimentó la potencia de la graciadivina y se sintió muerto y resucitado. Todas sus riquezas anteriores,cualquier motivo de orgullo y seguridad, todo pasa a ser una "pérdida" apartir del momento del encuentro con Jesús crucificado y resucitado. Dejartodo se vuelve casi necesario para expresar la abundancia del don recibido".Benedicto XVI, resumiendo el motivo de su encuentro con la FamiliaFranciscana: "El Evangelio como regla de vida", subrayó que San Francisco"se comprendió a sí mismo enteramente a la luz del Evangelio. Ese es suatractivo y su perenne actualidad. (...) El Pobrecillo se transformó enevangelio viviente capaz de llevar a Cristo a hombres y mujeres de todas lasépocas, sobre todo los jóvenes que prefieren lo radical a las medias tintas.El obispo de Asís, Guido, y después el Papa Inocencio III, reconocieron enel propósito de Francisco y de sus compañeros la autenticidad evangélica eimpulsaron su decisión con la perspectiva del bien de la Iglesia".
"¡Han pasado ocho siglos y hoy habéis querido renovar el gesto de vuestrofundador!", exclamó el Papa. "Todos vosotros sois hijos y herederos deaquellos orígenes. (...) Como Francisco y Clara de Asís (...) volved aempezar siempre desde Cristo (...) para ver su rostro en los hermanos quesufren y llevar a todos su paz. Sed testigos de la belleza de Dios, queFrancisco cantó contemplando las maravillas de la creación".
"Como Francisco, comenzad siempre por vosotros mismos -concluyó-. (...) Sisois capaces de renovaros en el espíritu del Evangelio, seguiréis ayudando alos pastores de la Iglesia a embellecer cada vez más su rostro de esposa deCristo. Esto es lo que el Papa, hoy como en vuestros orígenes, espera devosotros".


No hay comentarios:
Publicar un comentario