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Fr. Andrés Casillas Guzmán OFM
Basílica de nuestra Señora de la Expectación de Zapopan.
La idea del patronato de Nuestra Señora de Zapopan se puede contemplar desde dos ángulos totalmente diferentes: el primero de ellos corresponde a un plano meramente humano, en el que podemos ver este prodigioso hecho como una idea nacida del Sr. Arzobispo de Guadalajara, Don Jesús Posadas Ocampo. Y que hoy la historia puede juzgar de muy atinada; en donde el evento se desarrollo apoteósicamente, teniendo como marco para tal evento el estadio Jalisco. Pero al recordar hoy a 20 años de este patronazgo, es más fácil descubrir la voluntad de Dios en este acontecimiento.
El segundo plano de nuestra observación corresponde al celo pastoral de Exmo. Sr. Don Juan Jesús Posadas. Corría el mes de septiembre del año de 1987 cuando apenas habían pasado unos meses de su llegada a esta sede Metropolitana de Guadalajara, cuando en reunión de Consejo Presbiteral manifestó su idea de pedir a la Santa Sede, se concediera a esta Iglesia particular de Jalisco, el alto honor de tener como patrona a tan insigne señora.
Un mes después, el Sr. Obispo realizaría por primera vez su Romería acompañando a la Zapopanita de regreso a su santuario en Zapopan. Quedó maravillado de ver a un pueblo entero que se volcaba en gestos de amor a la Santísima Virgen María de la Expectación. Y una vez más confirmó su deseo de que la chaparrita se convirtiera en patrona de nuestra Arquidiócesis.
Después de auscultar eclesiásticos y fieles de la Ciudad, se aprobó con entusiasmo el proyecto de patronato. Se procedió entonces a realizar la petición correspondiente a la Santa Sede la declaración de dicho patronato, recibiéndose una respuesta afirmativa el día 11 de octubre de 1988. Y con un prescripto del día 12 de octubre de 1988, el Santo Padre Juan Pablo II declaraba: “en uso de nuestra potestad, por medio de la presente y a perpetuidad, confirmamos a la Santísima Virgen María bajo el título de NUESTRA SEÑORA DE ZAPOPAN, como PATRONA ante Dios de la Arquidiócesis de Guadalajara, con todos los derechos y privilegios litúrgicos que se derivan”.
El patronato se proclamó solemne y apoteósicamente el 11 de octubre de 1989, en el Estadio Jalisco dentro de la celebración Eucarística. El día de la proclamación, admirables fueron las manifestaciones en honor a la Santísima Virgen, de partes de los diversos organismos eclesiásticos y laicales de la Arquidiócesis y de los fieles en general.
Declarar a la virgen zapopana como la patrona de esta grey, significa mas que nada el reconocimiento público, oficial y solemne de la presencia benéfica y protectora de la Santísima Virgen Mará, a través de la Imagen Taumaturga (milagrosa) en medio de esta Iglesia peregrina y en la historia de los tapatíos a lo largo de mas de 460 años, pasando por los avatares de los tiempos, nacional y regional, hasta los tiempos actuales.
En este tiempo celebramos con gozo los primeros 20 años de este patronato. Que unidos a los demás títulos diversos que a lo largo de los siglos se le han otorgado a Nuestra Señora; la vienen a completar en justicia en la Iglesia que ella misma ha forjado, inspirado, estimulado y en su peculiar modo y estilo, ha cooperado en la labor apostólica de los pastores y operarios de la grey tapatía.
Y aunque en casi medio siglo siempre hemos gozado de tu presencia muy sentida; hoy reconocemos especialmente tu patronazgo solemne de esta noble ciudad de Guadalajara que en ti se refugia y en ti encuentra todo consuelo. Gracias virgencita por ser nuestra Patrona delante de Dios y delante de los hombres.
El segundo plano de nuestra observación corresponde al celo pastoral de Exmo. Sr. Don Juan Jesús Posadas. Corría el mes de septiembre del año de 1987 cuando apenas habían pasado unos meses de su llegada a esta sede Metropolitana de Guadalajara, cuando en reunión de Consejo Presbiteral manifestó su idea de pedir a la Santa Sede, se concediera a esta Iglesia particular de Jalisco, el alto honor de tener como patrona a tan insigne señora.
Un mes después, el Sr. Obispo realizaría por primera vez su Romería acompañando a la Zapopanita de regreso a su santuario en Zapopan. Quedó maravillado de ver a un pueblo entero que se volcaba en gestos de amor a la Santísima Virgen María de la Expectación. Y una vez más confirmó su deseo de que la chaparrita se convirtiera en patrona de nuestra Arquidiócesis.
Después de auscultar eclesiásticos y fieles de la Ciudad, se aprobó con entusiasmo el proyecto de patronato. Se procedió entonces a realizar la petición correspondiente a la Santa Sede la declaración de dicho patronato, recibiéndose una respuesta afirmativa el día 11 de octubre de 1988. Y con un prescripto del día 12 de octubre de 1988, el Santo Padre Juan Pablo II declaraba: “en uso de nuestra potestad, por medio de la presente y a perpetuidad, confirmamos a la Santísima Virgen María bajo el título de NUESTRA SEÑORA DE ZAPOPAN, como PATRONA ante Dios de la Arquidiócesis de Guadalajara, con todos los derechos y privilegios litúrgicos que se derivan”.
El patronato se proclamó solemne y apoteósicamente el 11 de octubre de 1989, en el Estadio Jalisco dentro de la celebración Eucarística. El día de la proclamación, admirables fueron las manifestaciones en honor a la Santísima Virgen, de partes de los diversos organismos eclesiásticos y laicales de la Arquidiócesis y de los fieles en general.
Declarar a la virgen zapopana como la patrona de esta grey, significa mas que nada el reconocimiento público, oficial y solemne de la presencia benéfica y protectora de la Santísima Virgen Mará, a través de la Imagen Taumaturga (milagrosa) en medio de esta Iglesia peregrina y en la historia de los tapatíos a lo largo de mas de 460 años, pasando por los avatares de los tiempos, nacional y regional, hasta los tiempos actuales.
En este tiempo celebramos con gozo los primeros 20 años de este patronato. Que unidos a los demás títulos diversos que a lo largo de los siglos se le han otorgado a Nuestra Señora; la vienen a completar en justicia en la Iglesia que ella misma ha forjado, inspirado, estimulado y en su peculiar modo y estilo, ha cooperado en la labor apostólica de los pastores y operarios de la grey tapatía.
Y aunque en casi medio siglo siempre hemos gozado de tu presencia muy sentida; hoy reconocemos especialmente tu patronazgo solemne de esta noble ciudad de Guadalajara que en ti se refugia y en ti encuentra todo consuelo. Gracias virgencita por ser nuestra Patrona delante de Dios y delante de los hombres.
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