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sábado, 9 de mayo de 2009

ARZOBISPADO DE GUADALAJARA. (VISITA DE LA VIRGEN DE ZAPOPAN A LAS PARROQUIAS), CIRCULAR /21 /2005.


LA VISITA DE LA VENERADA IMAGENDE NUESTRA SEÑORA DE ZAPOPAN


A los Párrocos y Rectores de los Templos:



Saludo con afecto a mis hermanos sacerdotes y deseo que el Señor Jesús los conserve siempre fieles en su ministerio, a ejemplo de la Virgen María.



La visita anual de la venerada Imagen de la Virgen de Zapopan a nuestra ciudad, responde al juramento que las autoridades, civiles y eclesiásticas, hicieron en el año de 1734, de traerla y festejarla durante el tiempo de lluvias; promesa y juramento que nuestro pueblo ha sostenido y aun defendido a costa de su vida a lo largo de los siglos. Esta visita se organiza de acuerdo al calendario publicado cada año en la Agenda Litúrgica con los nombres de Los templos.



Con el tiempo, la visita de la venerada Imagen de nuestra Señora de Zapopan, ha generado un conjunto de expresiones culturales católicas, que dicen mucho a la comunidad cristiana. Por lo mismo, ninguna persona está autorizada a modificarlas, alterarlas o suprimirlas. Si determinados aspectos de la tradición deben ser modificados, corresponde hacerlo al Obispo, después de estudiar los hechos y realizar las consultas pertinentes.



El orden tradicional de la procesión, la forma en que la Imagen se traslada, y los ritos propios para recibirla y despedirla, no deben ser alterados. Por consiguiente, me permito recordar lo que sigue:



1.- La Imagen de la Virgen es recibida por el párroco, revestido con capa pluvial, acompañado de los padres vicarios y de los acólitos, que llevan la cruz alta, los ciriales y el incensario. En las puertas del templo o del atrio, se dará la primera bendición para los fieles que no pueden ingresar, y una bendición más en el interior antes de colocarla. Una vez puesta la Imagen en el sitio que especialmente se ha preparado, se canta la Salve y se hace la incensación. Si se cree oportuno, el párroco puede pronunciar una breve alocución de bienvenida. Igualmente será despedida por el párroco, revestido y acompañado de igual forma que para la recepción, sea que anteceda el rezo del Rosario o la celebración Eucarística.



2.- Los sacerdotes deberán aconsejar y apoyar la inventiva de los fieles, de ofrecer a la Virgen la tradicional ofrenda del ornato de sus calles, los arcos de flores, así como las demás expresiones que suelen acompañar esta tradición.



3.- El recorrido de la Virgen por las calles no debe exceder quince cuadras. Se ha de evitar que la Imagen pase dos veces por la misma calle, como puede ocurrir en las calles que son límites parroquiales; el recorrido no se ha de hacer por calles deshabitadas o peligrosas para la seguridad de los acompañantes. La Imagen siempre irá con el rostro hacia delante, como peregrina, que nos acompaña en nuestro camino hacia el encuentro de su Hijo.



4.- Durante la permanencia de la Venerada Imagen en los templos, debe disponerse de personas especialmente dedicadas a su cuidado, sobre todo en las horas en que la presencia de fieles disminuye; incluso se podrá considerar la conveniencia de cerrar el templo, si se prevé que por el lugar o la hora, o la falta de vigilancia, se puede correr algún riesgo.



5.- La Imagen de la Virgen no debe ponerse al alcance de las personas, tanto por seguridad, como por la misma conveniente conservación de su sacralidad. Por lo mismo, no corresponde a los laicos trasladar o mover la venerada Imagen bajo ninguna condición.



6.- El amplio espacio de tiempo previo a la llegada de la Imagen al templo, debe aprovecharse para una adecuada catequesis de los fieles congregados; lo mismo se puede hacer durante la estancia de la Imagen en el templo.



7.- Por ser nuestra Señora de Zapopan la Patrona de nuestra Arquidiócesis, procuren los señores sacerdotes dar a su recepción y festejo un carácter eclesial que fortalezca el compromiso evangelizador de las diversas agrupaciones parroquiales, así como la pertenencia de la comunidad a la parroquia y a la diócesis



8.- Durante la visita de la Virgen en las parroquias y templos, debe decirse la Misa propia de nuestra Señora de Zapopan, como fiesta, a tenor de las normas litúrgicas.



9.- Con respecto a las colectas se observará lo que ya se había publicado en la circular 19/2002, a saber: "Se ha de tener mucha discreción en las colectas parroquiales que se hacen antes de la visita, para evitar un afán de lucro, porque se puede ofender la piedad de la gente sencilla. Estas colectas se han de destinar exclusivamente a los gastos materiales que requiere la visita. Ningún miembro de la Guardia está autorizado para pedir o recibir dinero, ni de los párrocos ni de los feligreses" (No. 6). Lo mismo dígase para los Agentes de Tránsito.



10.- La procesión final en que la Imagen de la Virgen es llevada a la Basílica de Zapopan, el 12 de octubre, constituye una manifestación de la fe extraordinaria en muchos aspectos, pero sobre todo es una festividad que aporta a la Iglesia beneficios pastorales de mayor importancia. Confirma en la fe a la comunidad, afirma la presencia pública de la Iglesia, y da respaldo multitudinario a la propuesta cristiana, entre otras cosas. Hay que recordar que esta gran manifestación se nutre de las cotidianas recepciones que en cada parroquia se hacen a la Virgen; de ahí la importancia que se les debe otorgar.



Ruego a los señores Vicarios Episcopales, Decanos y Párrocos, que con el apoyo de todos los sacerdotes y laicos, se esmeren en preparar y celebrar la visita de la Patrona de la Diócesis a nuestras comunidades y conserven esta tradición, por la que se realiza la profecía de la misma Virgen María: "Me llamarán dichosa todas las generaciones" (Lc. 1, 48).



Esperamos que Dios, nuestro Padre, por mediación de Jesucristo, en el Espíritu Santo, haga fructificar los trabajos pastorales de nuestra Iglesia Diocesana, guiados por el ejemplo de fidelidad y de amor de la Santísima Virgen María.



Guadalajara, Jal. a 6 de mayo de 2005.



+JUAN CARD. SANDOVAL IÑIGUEZ


Arzobispo de Guadalajara




Juan Pablo Preciado Ramírez, Pbro.Secretario.


Circular 21/2005

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